martes, 21 de febrero de 2012

Mi Luna...

Mi amadísima Luna.
Te lo he prometido, nunca más vas a estar sola.
No, nunca más.
Una presentación decente sería ésta.
No me atrevo a publicarlo en donde todos la conocen, no…
Aún no sé si ella querría exponerlo abiertamente al resto de las personas que están en su vida…
La conocí. En sustancias extrañas. Ella simplemente… no me conocía como yo a ella.
Escribía una novela en internet, junto a una chica que, igual que ella, eran unas desconocidas con las que me comunicaba detrás de una pantalla.
Angie, una de mis mejores amigas, conocía a Victoria, la otra chica, con la que Mi Luna escribía una novela estupenda… al menos eso creíamos con el “grupo”.
Conocí a todas esas chicas de internet por Angie, quién me las iba presentando.
El contacto entre todas era increíble, solían mandarse correos  “reales”, enviarse objetos personales, regalos por cumpleaños, cosas así.
Me maravillé tanto con la relación, que al hablarle a Victoria, me presenté como una admiradora de la novela que hacía con Aisha.
Aisha se había desaparecido y empecé a preocuparme de que no terminaran la novela. (Volvió a aparecer, y la siguieron, pero de todos modos, nunca terminaron la novela)
Le dije eso a Victoria.
Ella me dijo, sorprendida, que Aisha abrió otra cuenta,  y me envió su dirección.
Decidí hablarle personalmente, tuve miedo que no me aceptara, apenas tenía quince contactos.
Y lo hizo. Recuerdo… explícitamente… que le dije que su novela era espectacular, que me encantaba como escribía… le dije que si había perdido los escritos en la otra cuenta… yo tenía un documento con todos los capítulos.
Ella me respondió que estaba bien, que le parecía extraño y la alegraba que a alguien le gustara sus escritos… me dijo… que le había alegrado el día…
A partir de entonces hablamos seguido, mucho. Fuimos amigas…
Hasta que un día, hablando con ella, ya sabía casi todo de su personalidad, de su arte.
De su falta de autoestima, del daño que  le hacía la novela…
Y fue una impresión. Un choque. Dije, esta chica me gusta.
Y empecé por escribirle algo bonito, etiquetando a muchos de mis amigos. Sin nombrarla.
Solo puse una frase suya… “Para soñar no hay que dormirse nunca”.
Supongo que se dio cuenta enseguida.
Y decidí hablarle, decírselo de frente.
Y le envié un mensaje. Le dije todo.
Ella solo dijo que no creía capaz una relación así.
“Pero si estuvieras más cerca, seguro, sí. ;)”
Nunca me había animado tanto… y a la vez, desanimado también.
Seguí escribiéndole cosas, algunas publicadas ya aquí.
La adoro.
Le dedico esta entrada a ella, la muchacha de mi universo…
Hace tan solo un día me dijo que sí, firmemente.
Mi Luna, nunca vas a estar sola, lo juro.
No importa cómo. Yo voy a verte, vamos a vernos.
Te amo, nena…

Mi Luna…

No hay comentarios:

Publicar un comentario